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La nueva realidad del transporte marítimo: plazos de entrega más largos y costos más altos.

Las disrupciones en el transporte marítimo están lejos de terminar. La situación en el Mar Rojo sigue estando latente, debido al continuo desvío de los buques a través del Cabo de Buena Esperanza, lo que sigue afectando significativamente la puntualidad y la confiabilidad de los itinerarios, exacerbando las ya tensas cadenas de suministro, lo que lleva a tiempos de tránsito prolongados y complicaciones en la planificación logística para los propietarios de las cargas.

A continuación, se presentan algunos factores que han contribuido a esta situación:

  • Plazos de entrega más largos y aumento de las tarifas: en las últimas semanas, se ha observado que los plazos de entrega son aún más largos de lo esperado. Además, se espera un aumento rápido en las tarifas de flete, con un aumento general de tarifas (GRI) de US$1,000/FEU en mayo y otro aumento similar a partir de junio.
  • Aumento de la demanda: a pesar de la situación actual, se ha observado un aumento en la demanda de capacidad de transporte marítimo. Los importadores están presionando para embarcar su carga más temprano, lo que eleva las tarifas. Además, muchas empresas están aumentando sus niveles de existencias para evitar desabastecimientos debido al temor de repetir la escasez experimentada durante la pandemia.
  • Escasez de contenedores: La escasez de contenedores sigue afectando al mercado. Los principales operadores de líneas navieras han informado problemas en la disponibilidad de contenedores, pero se espera una recuperación gradual.
  • Cambios estructurales: La situación actual no se debe sólo a factores temporales, sino a desafíos estructurales en la industria del transporte marítimo. Se espera que los retrasos, los plazos de entrega más largos y los costos más altos sean una realidad continua, especialmente durante los períodos de alta demanda.

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