Un reciente informe anual de la Getting to Zero Coalition resalta el papel destacado de Chile como el único país en América Latina con proyectos concretos para desarrollar corredores verdes, consolidándose como líder regional en la transición hacia un transporte marítimo ecológico. Estos corredores, que utilizan combustibles de cero emisiones, surgen como una respuesta esencial para descarbonizar el transporte marítimo global.

Chile está desarrollando tres iniciativas clave que podrían transformar el transporte marítimo en la región:

1. Corredor de concentrado de Cobre Chile-Japón/Corea del Sur: este corredor se encuentra en fase de preparación, con estudios de factibilidad en marcha y un plan para implementar hasta 20 buques de amoníaco y metanol para 2030. El informe destaca que este proyecto demuestra cómo los desafíos pueden convertirse en oportunidades de innovación en la descarbonización.
2. Corredor de ácido sulfúrico: enfocado en descarbonizar el transporte de químicos esenciales, se evaluarán tecnologías como el metanol y el amoníaco para adaptarlas a las necesidades del sector.
3. Corredor de piscicultura: esta iniciativa investigará el uso de soluciones híbridas y biocombustibles avanzados para reducir la huella de carbono en la industria acuícola.

A pesar de estos progresos, los corredores verdes enfrentan un importante obstáculo de factibilidad debido a los altos costos de los combustibles de cero emisiones, que pueden costar entre dos y tres veces más que los convencionales. Se estima que para 2030 se necesitarán hasta 2 millones de toneladas de combustibles basados en hidrógeno, lo que representaría una brecha de costos de aproximadamente 2 mil millones de dólares anuales.

Para abordar estos desafíos, iniciativas como el Corredor Chile-Japón/Corea del Sur están explorando asociaciones público-privadas y programas como H2Global para conectar oferta y demanda de hidrógeno verde a nivel global.

Con avances en la implementación de mecanismos innovadores de demanda y acuerdos de suministro, Chile se posiciona no solo como líder en el desarrollo de combustibles verdes, sino también como un actor clave en la lucha contra el cambio climático. Si estos proyectos tienen éxito, podrían marcar un hito en la transición hacia un transporte marítimo más sostenible en el contexto global, potenciando la competitividad de Chile y reafirmando su posición como referente ambiental en Latinoamérica.