A estas alturas del año ya comienzan a asentarse algunos acontecimientos que están impulsando las tarifas de fletes de transporte marítimo de contenedores. Lo primero son los aumentos no estacionales de demanda de capacidad desde Asia, debido al posible inicio de un ciclo de reabastecimiento en Europa y un adelanto de la temporada alta en EE. UU., influenciada en parte por el temor a disrupciones laborales o nuevos efectos de la crisis en el Mar Rojo avanzado el año.  

A su vez, esta escasez de buques está provocando arribos tardíos y omisiones de puertos, ya que las líneas navieras están optando por saltarse algunas recaladas para tratar de mantenerse al día con sus itinerarios semanales en los principales hubs. Al mismo tiempo, los retrasos y omisiones están generando escasez de disponibilidad de contenedores vacíos y congestión debido a la aglomeración de buques en algunos puertos de China, Singapur y Malasia.

La demanda incesante de transporte de Asia a Estados Unidos y la falta de capacidad es lo que más ha contribuido al aumento en las tarifas. La competencia por la capacidad de carga marítima ha llevado a un aumento significativo en los costos de flete, tanto en el transporte marítimo como en el transporte aéreo.